En un momento te paras a oler las rosas. Al siguiente, estás maldiciendo el día en que nació alguien después de que te haya cortado el paso en la carretera. ¿Cómo puede cambiar tu estado de ánimo tan rápidamente? ¿Has pensado en las razones de los cambios de humor a lo largo del día o de un día para otro?
Nuestros sentimientos son complejos y propensos a verse influidos por muchos factores.
Para cultivar tu bienestar emocional y
llevar una vida más significativa, tienes que determinar qué afecta a tu estado de ánimo.
¡Descubramos los siete factores que dictan tu estado de ánimo!
1. Entorno
Tu entorno influye mucho en tu estado de ánimo, lo creas o no. Cosas como tu habitación desordenada, un vagón de metro congestionado e incluso una mesa de trabajo desordenada pueden provocarte emociones de estrés y agobio. Por el contrario, un espacio limpio puede ofrecerte la tranquilidad que necesitas para convertir ese ceño fruncido en una sonrisa.
Además, una habitación ordenada te dará una sensación de serenidad y relajación, ya que no estarás buscando cosas en tu caótico espacio. Una zona limpia con un espejismo de plantas es una forma estupenda de atajar el estrés y levantar el ánimo.
2. Interacciones sociales
Somos humanos, y eso significa que lo primero de nuestra lista es socializar. La forma en que conectamos con los demás puede influir significativamente en nuestro estado de ánimo. Imagina que interactúas constantemente con gente y que, en lugar de sentirte vigorizado después de una conversación, te sientes agotado.
Las conexiones sociales positivas y significativas están en el tótem de la felicidad y el bienestar. Mientras que las asociaciones malsanas o tóxicas pueden drenar nuestra energía y encender los malos sentimientos. Puedes influir en tu estado de ánimo de forma rápida y sencilla creando una barrera de personas positivas y alentadoras.
3. Duerme
Tu salud mental y física están entrelazadas, así que dormir un poco es esencial para mantenerte sano.
Tu estado de ánimo puede cambiar mucho si no duermes lo suficiente.
Te vuelve irritable y enfadado y puede hacerte menos capaz de manejar el estrés.
Las personas que no dormían lo suficiente también tenían menos probabilidades que las que dormían lo suficiente de hacer ejercicio, comer bien, tener relaciones sexuales y hacer cosas divertidas porque estaban cansadas.
Si duermes mucho, tienes más probabilidades de deprimirte.
Los expertos en sueño a veces siguen sin poder determinar cuál fue primero en sus pacientes, porque la falta de sueño y la depresión están estrechamente relacionadas.
Empieza por mejorar tu higiene del sueño evitando las pantallas antes de acostarte y creando una rutina relajante antes de acostarte para estar de buen humor al día siguiente.
Seguramente notarás un aumento de tu energía y estado de ánimo cuando se convierta en un hábito.
Durmiendo lo suficiente, comiendo sano y moviéndote, puedes aumentar tus niveles de energía, mejorar tu estado de ánimo y reducir el riesgo de trastornos del estado de ánimo dando prioridad a un estilo de vida sano.
4. Niveles de estrés
Estar estresado perjudica tu bienestar mental y físico, y los periodos prolongados pueden afectar significativamente a tu estado de ánimo y a tu salud.
La presencia de niveles elevados de hormonas del estrés en el organismo se ha relacionado con sentimientos de ansiedad, irritación y depresión.
Cada persona tiene un nivel de estrés diferente o cuánto puede soportar.
Por ejemplo, las personas con trabajos muy estresantes, como los médicos de urgencias, tienen un umbral de estrés más alto porque tienen que hacerlo.
Por otra parte, suelen tener más probabilidades de agotarse.
Si sientes que estás estresado.
Tómate un segundo para pensar en tu vida.
¿Tienes demasiadas cosas en la cabeza?
Puede que necesites reorganizar tu vida y poner las cosas en orden de importancia, para no intentar hacerlo todo simultáneamente.
Recuerda que el estrés o la angustia son normales, pero afectan a tu estado de ánimo y a tus niveles de energía.
La buena noticia es que hay formas de evitar y afrontar el estrés, para que no llegue a ser demasiado.
Para combatirlo, busca formas saludables de afrontarlo, como realizar prácticas de atención plena, técnicas de relajación o pasatiempos y actividades.
Si te tomas un segundo para dedicarte tiempo a ti mismo, puedes retroceder en la sensación de estrés y mejorar tu estado de ánimo general.
Ten en cuenta que no debes ser demasiado duro contigo mismo.
Intenta ver las cosas como son en realidad.
Al fin y al cabo, todo el mundo tiene días malos.
5. Patrones de pensamiento
¿Has oído la expresión «Todo está en tu cabeza»?
Pues es totalmente exacta.
La mente es potente y dicta nuestro estado de ánimo y nuestros sentimientos.
Por ejemplo, si te sientes decaído y tienes sentimientos de melancolía, puede deberse a patrones de pensamiento negativos como la autocrítica frecuente o el pesimismo.
Los pensamientos negativos pueden tener un efecto dominó, que conduce a pensamientos aún más negativos.
Podemos enseñarnos poco a poco a pensar utilizando métodos sencillos a lo largo del tiempo.
Una forma sencilla es escribir por qué tienes malos patrones de pensamiento.
Escribir las cosas en lugar de pensar en ellas ayuda a sacártelas de la cabeza, y cuando puedes ver las palabras en un papel o en una pantalla, es más fácil averiguar qué significan y seguir adelante.
Puedes alterar fácilmente tu estado de ánimo hacia una perspectiva más optimista desarrollando una mentalidad positiva, practicando la autocompasión y desafiando las creencias negativas para sentirte mejor en general.
6. Consumo de medios de comunicación
Tanto los tipos de medios de comunicación como los tipos de información a los que nos exponemos pueden afectar a nuestro estado de ánimo.
Una dieta constante de información deprimente, como la que aparece en las noticias o en las redes sociales, puede provocar emociones de preocupación, insatisfacción y melancolía.
En primer lugar, tienes que analizar si los medios que consumes te están mejorando o empeorando.
Las personas que utilizan el teléfono a menudo y reciben muchos mensajes podrían ser menos productivas en el trabajo y menos felices.
Las investigaciones demuestran que limitar el uso de los medios sociales a unos 30 minutos diarios podría afectar en gran medida a tu felicidad.
Es posible proteger tu salud mental y emocional siendo consciente del contenido que ingieres y concediéndote pausas regulares en el consumo de medios.
7. Experiencias personales y acontecimientos vitales significativos
Acontecimientos vitales notables, como cambios en el trabajo o en la situación sentimental, o la experiencia de un duelo, pueden influir sustancialmente en el estado de ánimo.
Acontecimientos como pequeñas peleas y diferencias que siguen sucediendo o problemas familiares mayores, como una aventura, una enfermedad o una muerte, es probable que cambien tu forma de pensar, sentir y actuar.
Esto puede repercutir en lo estresado que te sientas en consecuencia.
En momentos así, es esencial reconocer y trabajar los sentimientos que experimentas y, si es necesario, buscar apoyo en las personas que te importan o en profesionales capacitados.